El colageno
Colágeno: ciencia, mitos y verdades sobre cremas, suplementos y tratamientos
En una de mis últimas clases de bioquímica, mi profesor y anatomopatólogo D. Domínguez habló sobre el colágeno, una proteína fundamental para nuestro organismo. Forma parte de la piel, huesos, tendones, ligamentos y vasos sanguíneos. Es, literalmente, el andamio que sostiene nuestros tejidos.Con el paso del tiempo, y bajo la influencia del sol, la contaminación, el tabaco o el propio envejecimiento, la producción de colágeno disminuye. Como consecuencia aparecen arrugas, flacidez y pérdida de firmeza.Por eso, no sorprende que las marcas de cosmética y estética lo usen como reclamo estrella en cremas, suplementos y tratamientos.
Pero, ¿qué hay de cierto en todas esas promesas? Vamos a repasarlo con lupa científica.
Cremas de colágeno: ¿hidratan o regeneran?
Las cremas que llevan colágeno se venden como “antiedad” capaces de rellenar arrugas. La realidad:
La molécula de colágeno es demasiado grande para atravesar la barrera cutánea (pesa más de 300 kDa).
Lo que sí hace es quedarse en la superficie, funcionando como humectante: hidrata, suaviza y da sensación de confort.
Algunas fórmulas con péptidos de colágeno (fragmentos más pequeños) podrían estimular ligeramente a los fibroblastos, pero la evidencia científica es limitada.
Conclusión: las cremas de colágeno hidratan y mejoran la textura, pero no regeneran ni sustituyen el colágeno interno.
Referencias: Mayo Clinic, Cleveland Clinic.
La alternativa real: la lanolina
En esa misma clase, el profesor lanzó una idea clave: mejor sustituir cremas de colágeno por productos con lanolina
La lanolina es una grasa natural de la lana de oveja. Funciona porque:
Es un emoliente potente, suaviza la piel rellenando huecos entre células muertas.
Actúa como oclusivo, evitando la pérdida de agua transepidérmica.
Tiene una estructura similar a los lípidos cutáneos, lo que facilita su integración en la barrera de la piel.
Se utiliza clínicamente en labios secos, pezones agrietados y eccemas.
Conclusión: la lanolina no promete “reponer colágeno”, pero sí aporta lo que la piel necesita: hidratación profunda y reparación de la barrera cutánea.
Suplementos de colágeno: ¿moda o evidencia?
Aquí la ciencia se muestra más optimista:
El colágeno hidrolizado (péptidos pequeños) sí se absorbe tras la digestión.
Estudios clínicos muestran que tras 8-12 semanas de uso mejora la elasticidad, hidratación y densidad de la piel y también ayuda en articulaciones (colágeno tipo II).
La evidencia es más débil para cabello y uñas.
Importa la calidad: pureza, certificaciones y fuente (marina, bovina, porcina).
Conclusión: los suplementos de colágeno sí tienen respaldo científico, pero requieren constancia y no son milagrosos.
📚 Referencias: PMC Review 2023, Harvard Health.
Tratamientos de cabina: ¿realidad o marketing?
Microneedling (microagujas)
Aquí hay que diferenciar:
Microneedling estético / cosmético:
Usado en centros de estética con agujas de hasta 0,3 mm. Actúa de forma superficial, apenas alcanza la epidermis y no llega a la dermis donde están los fibroblastos que producen colágeno. Mejora la textura y luminosidad, pero no estimula colágeno profundo.
Microneedling médico / clínico:
Se usan agujas de 0,5 a 3,5 mm, dependiendo de la zona y el objetivo. Aquí sí se penetra en la dermis papilar y reticular, activando fibroblastos, induciendo producción de colágeno nuevo y remodelación de fibras existentes. Es útil para arrugas, cicatrices y estrías.
Referencias: Microneedling review – PMC.
Conclusión: si un tratamiento solo llega a 0,3 mm, no es suficiente para regenerar colágeno. Los cambios estructurales reales requieren microneedling médico.
Otros tratamientos
Radiofrecuencia y láser fraccional: generan calor controlado que estimula fibroblastos.
Bioestimuladores inyectables (ej. ácido poliláctico): inducen colágeno nuevo con resultados visibles, aunque requieren varias sesiones.
Conclusión final
Desde un punto de vista dermatológico y bioquímico, es fundamental diferenciar entre la función biológica del colágeno endógeno (el que sintetiza nuestro propio organismo) y el uso de productos cosméticos o suplementos que contienen colágeno. La molécula de colágeno nativa es demasiado grande para atravesar la barrera cutánea, por lo que su aplicación tópica se limita a un efecto hidratante superficial sin capacidad de estimular fibroblastos dérmicos.
En contraste, ingredientes como la lanolina y el petrolato cuentan con abundante evidencia clínica como emolientes y oclusivos eficaces, capaces de reducir la pérdida transepidérmica de agua y favorecer la reparación de la barrera cutánea. La lanolina posee una estructura lipídica similar a la de los lípidos epidérmicos, lo que explica su efectividad; sin embargo, puede causar reacciones alérgicas de contacto en un pequeño porcentaje de la población. En estos casos, alternativas como vaselina pura (petrolato), manteca de karité, glicerina o ceramidas ofrecen un perfil de eficacia y seguridad muy sólido.
Respecto a los suplementos orales de colágeno hidrolizado, varios ensayos clínicos y revisiones sistemáticas demuestran mejoras moderadas en elasticidad, hidratación y densidad dérmica, así como beneficios articulares. No obstante, los resultados dependen de la calidad del producto, la dosis y la constancia en la ingesta (habitualmente ≥8 semanas).
En cuanto a los tratamientos estéticos y médicos, es clave distinguir el microneedling superficial (0,2-0,3 mm), que actúa solo a nivel epidérmico, del microneedling médico (≥0,5 mm), que sí alcanza la dermis papilar y reticular, induciendo una neocolagénesis efectiva. Procedimientos como la radiofrecuencia, el láser fraccional o los bioestimuladores inyectables también cuentan con respaldo científico como inductores de colágeno, aunque requieren varias sesiones y supervisión médica.
En conclusión, la prevención (fotoprotección diaria, dieta rica en proteínas y vitamina C, evitar tabaco y exceso de azúcar) sigue siendo la estrategia más efectiva para preservar el colágeno natural. El colágeno tópico es principalmente cosmético, mientras que los emolientes/oclusivos como lanolina o petrolato, los suplementos de calidad y los tratamientos médicos son las herramientas que hoy cuentan con mayor respaldo científico para proteger, mantener o estimular esta proteína esencial.
El colágeno es una proteína esencial, pero no todos los productos que lo llevan cumplen lo que prometen:
Cremas de colágeno: hidratan, no regeneran.
Lanolina: más eficaz para hidratar y reparar la barrera cutánea.
Suplementos de colágeno: evidencia moderada-alta, útiles si se usan con constancia.
Microneedling: el estético (0,3 mm) mejora la superficie, pero el médico es el que realmente estimula colágeno.
Radiofrecuencia, láser e inyectables: efectivos, pero requieren inversión y mantenimiento.
Y por encima de todo: lo que más protege tu colágeno a largo plazo sigue siendo lo más sencillo: protección solar diaria, dieta rica en proteínas y vitamina C, evitar tabaco y exceso de azúcar, y dormir bien.
Espero que haya disfrutado la lectura
Gracias!!!